Los suelos donde vegeta la viña se dividen en dos grupos principales:
En las medianías dominan los terrenos arenosos cubiertos de “jable” una especie de ceniza volcánica rica en puzolanas, que confieren a esta zona un característico color blanco cubierto del verde de los viñedos.
Los niveles de materia orgánica son normalmente bajos por lo que los aportes son más frecuentes en una zona donde solamente la ganadería caprina tiene gran importancia.
En las zonas altas el tipo de tierra que domina es el arcilloso más o menos franco, con buenos contenidos en materia orgánica y buen drenaje debido a la condición volcánica de la zona. Estas tierras de una mayor fertilidad natural no dan grandes rendimientos puesto que la altitud condiciona la vegetación y la producción, recordemos que estamos situados a una cota superior a los 1000 metros.